Una de las maravillas de escaparnos de la gran ciudad es venir a sentir la naturaleza, a conectarnos con ella y a dejar pasar los días sin grandes eventos, con mucha paz y dejando que el aburrimiento nos embadurne aportándonos esa agradable sensación de tranquilidad interna. El aburrimiento es algo sanísimo para todos, empezando para los niños. El volver a sentir que las cosas básicas son las que completan nuestro día a día es algo tremendamente necesario en este mundo donde siempre hay que estar en movimiento y conectado.
Escapar… escapar a un lugar tan sencillo, honesto, cercano y agradable como es Connecticut es un privilegio. Sus árboles, sus caminos, las casitas repartidas por las sinuosas e interminables carreteras.
El día lo pasamos paseando, buscando tesoros, yendo en bici a buscar un helado artesano o como en este blog, disfrutar de ir a un mercado de granjeros locales para así improvisar lo que ese día vamos a cocinar todos juntos.
El Goshen Farmers Market ubicado en Miranda Vineyard es uno de los muchos que hay por esta zona. Pequeños puestos donde comprar unas zanahorias increíbles, maíz para disfrutarlo en una barbacoa frente al lago, y como no, hacer una visita a la bodega que aquí se puede encontrar, con estas mesas de picnic gritando que disfrutes de ese vinito que si te gusta, puedes comprar y observando el ir y venir de la gente que charla distendidamente con los granjeros de esas paradas casi improvisadas.
Un destino recomendable para todos los que tenéis ganas de desconectar, desde Nueva York está a tan solo 2 horas de viaje en coche, cambiar el asfalto por impresionante prado verde o observar una puesta del sol donde meditar y practicar yoga, hasta venir a hacer caminatas interminables en paisajes donde la naturaleza te muestra su poder.
