Hoy teníamos abríamos aterrizado en Nueva York, desde Barcelona.
Habríamos paseado por el Reservoir en el Central Park, para coger oxígeno y desentumecer el cuerpo tras el vuelo.
Grandma y Grandpa nos habrían recibido con esa eterna ilusión que delata el brillo de sus ojos… siempre inolvidable…
Querida Madre Tierra,
Pero esta vez, no solo habíamos viajado para visitarles, esta vez, los cuatro, teníamos una misión: gritar al mundo que debemos actuar. Gritar al mundo desde las calles de Nueva York que esto debe parar, que todos debemos poner nuestro granito de arena, nuestra semilla para dejar de destruirte, y dejar con ello, de destruirnos a nosotros mismos.
Veníamos a pedir al mundo compromiso desde el altavoz que supone esta ciudad, NYC.
Veníamos a celebrar tu día.
A gradecer, a agradecerte, a sentirte viva y palpitar con salud.
Veníamos invitados para celebrar el 50 aniversario de Earth Day Initiative. Juntos íbamos a transmitir al mundo que ya está, que se acabó de tratarte así, de tratarnos así, que debemos salir de esta absurda normalidad en estado de crisis constante… pero no hizo falta, la codicia del ser humano, la prepotencia, te hizo explotar y con ello apareció esta destructiva “guerra” vestida de pandemia: Coronavirus.
Qué vulnerables somos. Tanta superioridad, puro autoengaño.
Ahora vemos lo vulnerables que somos.
Estos días, tras 5 semanas de confinamiento, vemos tu resurgir, vemos la libertad con que te expresas en forma de mares, ríos y aíres limpios, cielos brillantes; animales que vuelven a coger el terreno que les robamos. Ahora te vemos preciosa, ligera, llena de color y alegría.
Qué inocentes, incultos nosotros, al pensar que gritando actuar conseguiríamos al así cuando en realidad, no nos necesitas. En cambio, ¡cuánto te necesitamos a ti!
Tú, Madre Tierra, nos das cobijo y el oxigeno que respiramos, el alimento que ingerimos.
Sólo deseamos pedirte desde aquí, que sigas disfrutando durante nuestro confinamiento. A nosotros, los humanos, ser un poco más… eso, “humanos”, reflexionar. Tenemos la gran oportunidad de repensar como hasta ahora hemos hecho las cosas.
Querida TIERRA, sin más, te deseo un Feliz Día.