Y conocí a Silvia, mirando al mar, y sus “Cenas Adivina” me parecieron una forma romántica de recuperar la tertulia.
Cenas sorprendentes, para conocer de cerca y de una manera intimista, a personas que nos van a sorprender, a apasionar, que nos van a hacer cuestionarnos y valorar cosas, vidas interesantes compartidas de una forma cercana, y su alma mater: Silvia.
Un sencillo y directo correo electrónico me hizo entablar una preciosa conversación con Silvia. Lo que iba a ser una llamada en medio del verano de no mas de un par de minutos, se convirtió en una maravillosa y honesta charla de más de una hora en la que mirando a mi maravilloso mar Ampurdanés, conocí a Silvia y la verdad, me enamoré.
Silvia y yo hablamos de mil temas, enseguida supimos que íbamos a hacer cosas juntas, así es que decidimos sin premeditación ni reflexión alguna, explicarnos nuestras vidas, actuales y lo que nos ha llevado a ser emprendedoras vinculadas de una u otra forma, a la gastronomía.
La propuesta de Silvia de recuperar las charlas, las largas conversaciones de sobremesa, las tertulias, fue algo que me despertó el romanticismo que acompaña a una gran parte de mis actos. Tertulias, ¡que ricas!, con olor a café, a un buen puchero o a esa copa de vino en constante renovación. Me pareció precioso. Y es que, ya no hablamos, falta tiempo para vivir pausadamente, y de eso, entre otras cosas, tratan las tertulias, de tiempo, de sosiego, de lentitud, de descubrir a los otros, como un buen sofrito, una sopa o un rustido. A fuego lento y poco a poco. En las cenas de Silvia nada más alejado que ver esas conversaciones en las cuales solo uno tiene el poder de la razón. Son historias, trocitos de vida que necesitan de un público abierto, dialogante, un publico tolerante que escucha y recoge esos trocitos de vida con tanto cariño para dejarlos en su retina, en su memoria y que a ese fuego lento, les aporte algo tan simple como el compartir sin intereses y la práctica tan en desuso del deporte de la tolerancia.
Las cenas adivina de Silvia son así, tal cual, interesantes sin juzgar, transparentes, animadas y muy gastro. Aquí es donde aparece mi marca Delicious & Sons, que está deleitando a las palabras que vuelan esas noches durante el año, alrededor de una mesa y orquestadas por la batuta autoexigente y tremendamente positiva de Silvia.
Hace poco acompañamos Ricky Mandle y yo a Silvia en la fiesta de presentación de su próximo calendario de cenas que podéis consultar al final de este blog y al cual os animo a apuntaros. En Madrid estuvimos disfrutando y formando parte no solo de este precioso proyecto, sino que también del sentimiento que desprende Silvia en cada cosa que hace. Os dejo unas fotos de esa noche que no olvidaré con facilidad, entre otras cosas porque mis pies me pedían bambas y mis tacones estuvieron a punto de hacerme fallecer, así es que acabé sentada en el suelo con mi querida Andrea Cañas, copa de vino en mano, y pensando cuánto tiempo me haría falta para poner en práctica la tertulia con tantas mujeres maravillosas que me rodean.
Ésta es una de mis fotos favoritas, en la que estoy con Silvia en amarillo y con otra mujer que me apasiona: Teresa Lobo, de la cual os hablaré muy pronto.
References:
Si quieres apuntarte a alguna Cena Adivina:
http://cenasadivina.com/ o @cenasadivina
Las fotos maravillosas son de:
- Isabel Muñoz – @isabelmunozphoto
- Esther Rubio – @smallbichitos
- Lorena – @Loren_photography
Y si buscas una nutricionista que es la bomba pero además se solidariza cuando tus pies están a punto de abandonar la carrera, esta es mi amiga Andrea Cañas que es “la caña”:
http://www.onzaindecasonutricion.com/ @ andrea_c_onzain
